El sistema de frenado
Los frenos son el principal sistema de seguridad de cualquier vehículo. La seguridad en la carretera depende en gran medida de su buen funcionamiento, así que es importante tenerlos en cuenta.
Los más comunes son los frenos de disco. Constan de un disco rotor metálico sobre el que ejercen presión unas pinzas mediante un sistema hidráulico cuando se acciona el pedal de freno. Las pinzas tienen montadas unas pastillas de material de fricción y son las que generan la fuerza de frenado al apretarse contra la superficie del disco.
De aquí se intuyen algunos de los problemas que pueden producirse: principalmente el desgaste y también que la cantidad de calor generado por la fricción sea demasiado como para ser disipado correctamente.
Consejos de mantenimiento
Lo más recomendable es tener un estilo de conducción sin brusquedades ni abuso del pedal de freno, realizando siempre que sea posible el frenado al no aplicar presión en el pedal (freno motor).
Al menos una vez al año, o tras períodos en los que ha podido producirse un especial desgaste, conviene revisar el sistema en el taller para comprobar que los discos no presentan rayas, fisuras o deformaciones. Las pastillas y el líquido de frenos deben reemplazarse según las recomendaciones del fabricante o cuando se muestren alterados.
El proceso de frenado no se limita tan solo al sistema hidráulico, así que es muy importante también que las ruedas estén correctamente equilibradas, que las suspensiones no presenten signos de deterioro, y que los neumáticos tengan una presión correcta.
Señales de que algo funciona mal
- Chirridos
- Vibraciones
- Aumento del recorrido del pedal de freno
- Pedal de freno esponjoso
- Pérdida de frenado
Presta atención a los signos de desgaste y programa una visita al taller en cuanto detectes problemas.
Si experimentas una pérdida de frenado, detén el vehículo y solicita asistencia.
Posibles causas de fallo
Pastillas desgastadas
Cuando su espesor se reduce significativamente no cumplen bien su función y la distancia de frenado aumenta, además de producir mayor desgaste en los discos o incluso dañarlos.
Las pastillas de freno también actúan como un disipador de calor y cuando están desgastadas su capacidad para absorber y disipar el calor se reduce, lo que puede aumentar el riesgo de recalentamiento del sistema y llevar a la pérdida de capacidad de frenado temporal o incluso al fallo completo.
Además, si una pastilla se desgasta más rápido que la otra, puede resultar en un frenado desigual y con la dirección del vehículo inestable.
Discos de frenos deformados
Cuando los discos se deforman no responden de la forma que debieran y también pueden producir daños muy graves a otras piezas de la transmisión y dirección.
El síntoma más claro de que los discos de freno están deformados es la vibración al iniciar el frenado (tanto en el pedal como en el volante).
Líquido de frenos en mal estado
Si el líquido se degrada pierde propiedades y puede reducir la eficacia de los frenos.
Las causas de su degradación son que está sometido a temperatura extremas y, además, que el depósito no es 100% hermético para permitir la entrada de aire y evitar el vacío cuando baja el nivel, pero como consecuencia puede absorber humedad del ambiente. Su degradación también contribuye a la corrosión de los conductos del sistema.
El aumento del recorrido del pedal de freno o que se vuelva esponjoso al pisar pueden ser señales de que hay que cambiar el líquido.
Fuga del líquido del sistema
Produce la pérdida del nivel necesario para el funcionamiento del sistema hidráulico.
La puesta a punto del sistema de frenado
Te detallamos algunas razones importantes para mantener tus frenos en buen estado:
- Seguridad: Un sistema de frenado deficiente puede aumentar significativamente el tiempo y la distancia necesarios para detener el vehículo, lo que puede resultar en accidentes graves.
- Durabilidad: Reemplazar las pastillas de freno a tiempo puede evitar un desgaste prematuro de los discos, lo que ahorra dinero a largo plazo.
- Economía de combustible: Frenar con frenos desgastados o mal ajustados puede generar una resistencia adicional y consumir más combustible.
- Evitar reparaciones costosas: Ignorar problemas en el sistema de frenado puede llevar a un daño más grave y costoso en otros componentes, como el cilindro maestro o el sistema de frenos antibloqueo (ABS).
Si tienes cualquier consulta, el equipo técnico de AMAC estará encantado de ayudarte.
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